¿Todavía no crees lo que acabas de leer?, pues bien, la Universidad de Nueva Gales en Sidney, Australia realizó un estudio mediante el cual se ha demostrado que ser una persona mal humorada también tiene sus efectos positivos y es que al parecer permite pensar con mayor lucidez ya que uno no es tan incauto.
Joe Forgas es el progenitor de este análisis, mediante el cual ha verificado que las personas que tienen un estado de ánimo “miserable y malhumorado” suelen tomar tomar mejores decisiones. Esta tesis, se basa en el experimento de que un determinado número de voluntarios vieran películas dispares entre sí con el propósito de concluir eventos positivos y negativos de sus vidas de manera que les permitiera cambiar de estado de ánimo.
Posteriormente, tras realizar este ejercicio se pudo demostrar finalmente que las personas tristes y con peor humor comenten errores en menor grado y además son mejores comunicadores.
Por otro lado, el buen humor impulsa a una persona a ser más creativo, flexible y cooperativa con respecto a los malhumorados que actúan de forma cautelosa prestando atención al entorno externo.
Fuente: upsocl.com